Patricia Aridjis
Estaba con Fer en el congreso de VIH organizado por Didesex, en Cuernavaca, Morelos, cuando hablé por teléfono por primera vez con la fotógrafa Patrícia Aridjis. Estaba muy nervioso, admiraba su trabajo desde que lo conocí en la exposición “Presutos culpables” en 2009 en el Museo de Arte Moderno.
La intención era exponer las impresiones de su trabajo (que ella misma fue a encargar a Fotrón) dentro del marco de la Jornada de Diversidad Sexual de la UNAM que estábamos organizando. El título que le dimos, Las cárceles del cuerpo, obedece a la temática de la Jornada y la componen 20 piezas de su famosa serie Las horas negras.
En ese tiempo, una aliada y amiga nuestra, la artesana Xilonel, se encargaba de arte, cultura y divulgación de la ciencia en la FES Iztacala. Por razones políticas fue destituida en esas fechas de su cargo y aplazamos la exposición de las piezas.
Fue en septiembre de 2015 que finalmente tuvimos tiempo de exponer la obra en Cuautla, en un casona del siglo XIX ubicada en el centro de la cuidad, como parte del programa cultural del Bando Solemne.
La segunda vez que expusimos la obra fue en marzo de 2017 en la Segunda Jornada Diversa en Xalapa.
La obra de Patrícia Aridjis es académicamente magistral. Sus entrenados ojos dominan la plata sobre gelatina, y en su obra temprana abundan reflejos, claroscuros, sombras.
En aquél tiempo, lo que me movió a insistir en conseguir las piezas de Patricia Aridjis fue considerar importante difundir dentro del activismo LGBTI el trabajo de fotógrafos académicos y profesionistas con formación sólida, como es el caso de Pat. En el medio abundan muchos amateurs que por tener uno que otro curso de fotografía, haberla llevado como taller en la carrera de comunicación o alguna carrera de humanidades, y casualmente ser miembros de la comunidad LGBTTTI, exponen su trabajo como “grandes maestros” de la fotografía, y el resultado termina siendo una pobre muestra kitsch de estilo “realismo social”.
Gracias a la amistad que surgió entre nuestro colectivo y la artista fuimos testigos de la incursión pública de Patrícia Aridjis al proceso cromógeno, y el desarrollo de su nueva exposición Arrullo para otros.